martes, 22 de noviembre de 2022

La falta de políticas sociales y económicas hacia los Indígenas del Amazonas propician ola de suicidios en Colombia, Brasil, Perú y Guyana francesa.


 Amazonía Foto de prensa m.elcolombiano.com

Los sucesos se registraron en la Amazonía colombiana y se repiten para Brasil, Perú y Guyana francesa, en Venezuela no hay estadísticas.


Una serie de suicidios alarmó a un pueblo indígena y remoto de la Amazonía colombiana. Aterrados, los chamanes impusieron una cuarentena sin alcohol, fútbol ni música en un intento por salvar la vida de los jóvenes, las principales víctimas.

 
“Yo acepté, porque me pasó a mí. Yo perdí a mi hijo, el único hijo que yo tenía”, lamenta el chamán Iván Angarita (40 años) en conversación con la AFP.

 
La noche del 5 de septiembre los indígenas tikuna de Arara organizaron un ritual con tabaco, que se extendió hasta la madrugada, para expulsar los malos espíritus. Pero la semana anterior una muchacha y un chamán se quitaron la vida uno tras otro.

 
Los líderes espirituales y políticos impusieron entonces una “dieta” entre los 1.200 habitantes. Durante 20 días se restringieron las distracciones “occidentales” para frenar los suicidios, de los cuales no hay un registro oficial.
Iván recuerda que su hijo falleció a los 18 años y fue uno más de tantos jóvenes: “Un día domingo él encontró a los malos espíritus, al día siguiente lo encontraron allá colgado en una rama”, comenta sentado junto a otros chamanes en la maloca, el principal centro de reunión comunitario.

 
En la Amazonia colombiana, donde los pueblos originarios son mayoría (58%), la tasa de suicidio en 2021 fue de 9,87 por 100.000 habitantes, mientras que el promedio nacional fue de 5,71, según la autoridad forense.

 
Investigaciones científicas han evidenciado un fenómeno similar en países como Brasil, Perú y Guyana Francesa. Pérdida de tradiciones, discriminación en las ciudades, falta de oportunidades y entornos violentos sumen en la depresión a los jóvenes, dicen expertos.

 
“Los jóvenes se nos están yendo (...) Se ahorcan, se disparan, se envenenan y ellos mueren de esa manera porque no encuentran una salida”, sostiene Loida Ángel Ruiz (53 años), una profesora tikuna de San Martín de Amacayacu, otro pueblo amazónico colombiano afectado por los suicidios.
 

El indígena Abel Santos (50 años) explica que los primeros casos en Arara “se presentaron más o menos hace diez años”, pero eran “esporádicos”.

Comunidades indígenas, foto del m.elcolombiano.com

La problemática.

Luego de la pandemia del covid19 los suicidios estallaron entre la “gente de agua”, como se autodenomina el pueblo originario, añade el etnolingüista de origen tikuna de la Universidad Nacional de Leticia (Amazonas).
 

Ellos basculan entre su mundo ancestral y el de las costumbres modernas, sin encajar en ninguno. “Tienen una gran cantidad de barreras que empiezan a chocar, entonces los chicos no se ven ni acá ni allá y eso empieza a tejer una cantidad de frustraciones”, dice Tania Martínez, de la Universidad Nacional de Leticia.


Según la experta, la primera ruptura se da a temprana edad, cuando los niños de comunidades apartadas migran para estudiar en los internados de poblados más grandes.
 

Allí sufren el rechazo, muchos se quedan para buscar trabajo sin éxito y luego regresan a sus comunidades, pero no saben pescar ni cultivar ni quieren un matrimonio entre clanes como indica la tradición. “Hay una fractura del vínculo no solamente filial (...) sino también comunitario, y en la familia y en la comunidad es donde está la red de apoyo”, añade Martínez.

 
Además de su hijo, Iván también perdió a su cuñado. En un ritual chamánico aspira una bocanada de tabaco, sorbe agua floral, se frota las manos y en trance imparte diagnósticos y curas a sus pacientes.

 

Líderes espirituales destacan el alcoholismo, la drogadicción y maleficios externos entre las causas de las muertes. En San Martín de Amacayacu, la profesora Loida añade al abanico el contacto con la violencia narco en los cultivos de coca que abundan del lado peruano.

 
Tras un suicidio suelen sobrevenir otros en el entorno cercano por el llamado “efecto espejo”. “Muchos de estos suicidios indígenas están relacionados con abusos sexuales, violencia intrafamiliar, también con homosexualidad que no quieren manifestar porque tienen miedo o vergüenza”, explica la psicóloga Martínez.

La falta de políticas sociales y económicas propician el problema, la educación es escasa e inexistente, la falta de vialidad, de empleos, de apoyo comunitario, de atención psicológica, la falta de identidad aunque el medio es natural la conservación de las zonas y reservas deben ser protegidos por leyes y fondos internacionales.

Fuente propia tomada por compañeros en Brasil.

Las renovables como posible solución.

En algunas regiones se pueden arrendar espacios para la nueva economía en beneficios de las comunidades indígenas y las administraciones locales por ejemplo la instalación de eólicas para aprovechar las masas de aire para la generación eléctrica, si se hace de forma ordenada el impacto ambiental no hará daños fuertes y proporcionaría una fuente de empleos a las comunidades, así como crear centros de enseñanza donde se impartan estudios de gestión ambiental, botánica, agraria, piscicultura (cría de peces, camarones o gambas), electricidad y defensa para la protección de éstas áreas.

Bibliografía: https://m.elcolombiano.com/colombia/suicidios-en-indigenas-de-la-amazonia-de-colombia-generan-alerta-BK19315343

martes, 15 de noviembre de 2022

El salario mínimo en Venezuela, a la inversa del crecimiento económico.

 Carlos Seijas, swissinfo.

Este contenido fue publicado el 03 septiembre 2022 - 15:02.

 Caracas, 3 sep (EFE). El salario mínimo en Venezuela, cuyo aumento del 1.757 % fue anunciado por el Gobierno hace este sábado medio año, ha perdido desde entonces cerca del 50 % de su valor, como resultado de la devaluación de la moneda local -el bolívar- frente al dólar, divisa de referencia para fijar los precios de bienes y servicios.
El incremento, que se hizo efectivo en marzo de este año, supuso pasar el sueldo más bajo -que tienen miles de empleados públicos y pensionistas- de 7 a 130 bolívares, es decir, de 1,60 dólares a 29,68, en un momento en que la tasa oficial de cambio estaba en 4,38 bolívares.
La devaluación de la moneda local en los seis meses transcurridos desde entonces llevó a que hoy un dólar cueste 7,96 bolívares, por lo que el salario ha quedado reducido a 16,33 dólares.
A esta pérdida de poder adquisitivo se enfrenta Carlos Garrido, un profesor de matemáticas en una institución pública en Caracas, que lamenta que el Gobierno no haya cumplido la promesa de proteger el ingreso de la clase trabajadora. 


"Mientras que el precio del dólar se mantuvo, se podía mantener ese nivel de compra. Ahora, que en las últimas semanas se ha visto vulnerado esa parte (por) el incremento del costo del dólar, pues evidentemente el nivel de compra ha disminuido", dijo a Efe el educador, que da clases particulares para compensar el bajo salario.
Según el profesor universitario y director del Centro de Documentación y Análisis Social de la Federación Venezolana de Maestros (Cendas-FVM), Oscar Meza, "no es verdad que se ha logrado un crecimiento orgánico (de la economía) que pueda traducirse en bienestar, por lo menos por la vía del salario", contradiciendo así al Ejecutivo, que presume de una gran mejora económica.
El experto dijo a Efe que este ingreso, además de ser el "más bajo de Latinoamérica", está por debajo del umbral de pobreza extrema por rango de ingresos que establece el Banco Mundial, de 1,90 dólares al día, al ser de 0,54 dólares.

 
INSUFICIENTE
El incremento supuso una mejora en el poder de compra frente al costo de la canasta básica de alimentos pero, además de ser insuficiente, se ha reducido en el último semestre.
El Cendas-FVM calcula que, de requerirse 300 salarios mínimos para adquirir la canasta alimentaria en febrero, se necesitaron 16 tras el ajuste del ingreso en marzo.
Sin embargo, ya en julio se precisaban 21,20 salarios para acceder a la canasta, cuyo coste es de 470 dólares para una familia de cinco personas, según la medición del Cendas-FVM, que suple la falta de cifras oficiales. El Instituto Nacional de Estadísticas (INE) no actualiza este indicador desde 2014.
De acuerdo al artículo 91 de la Constitución, todo trabajador "tiene derecho a un salario suficiente que le permita vivir con dignidad y cubrir para sí y su familia las necesidades básicas materiales, sociales e intelectuales", es decir, otros gastos básicos además de la alimentación.
En este sentido, según el Cendas-FVM, la canasta básica completa, que incluye otros sectores como salud, educación, servicios, higiene personal y vestido y calzado, se ubica en mil dólares, monto que, afirmó Meza, sería el mínimo ideal para el salario de los trabajadores.
Aseguró que la economía del país, pese a que acumula un año de crecimiento de dos dígitos según el Banco Central (BCV), todavía "no tiene capacidad" para cubrir ese monto, por lo que propone que el salario llegue, por lo menos, a 100 dólares mensuales, costo per cápita para satisfacer las necesidades básicas de alimentación.

 
El DESCONTENTO
El descontento de la clase trabajadora, no solo por el bajo salario sino también por desmejoras de sus beneficios laborales, se ha visto reflejado en protestas que organizaciones sindicales han liderado en los últimos meses, con más fuerza desde finales de julio.
"La lucha continúa por un salario acorde con lo que establece la Constitución (...) y lo que estamos percibiendo todos los trabajadores está muy alejado tanto de la canasta básica como de la canasta alimentaria", dijo el presidente de la Asociación de Profesores de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Víctor Márquez, en una protesta reciente.
De las 3.892 manifestaciones contabilizadas por la ONG Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS) durante el primer semestre del año, 1.642 fueron de trabajadores que exigieron derechos laborales, principalmente un salario digno y suficiente que permita cubrir sus propias necesidades y la de su núcleo familiar.
Solo en la primera semana de agosto, la organización computó, al menos, 96 protestas, la mayoría llevadas a cabo por los trabajadores del sector educativo para exigir el respeto y cumplimiento de su contratación colectiva. EFE
csm/sb/psh

 Fuente:
https://www.swissinfo.ch/spa/venezuela-salario_el-salario-m%C3%ADnimo-en-venezuela--a-la-inversa-del-crecimiento-econ%C3%B3mico/47873902

domingo, 13 de noviembre de 2022

La variación del Bolívar/Dólar 2022 desplomó las condiciones menguadas del poder adquisitivo venezolano.

Moisés Campos.
Luego de la reconversión monetaria del bolívar en el año 2021, la eliminación de seis cifras para transformarlo en 1 dígito, se observó una estabilidad del bolívar a finales del año 2021 y durante los primeros 5 meses del 2022 (Enero-Mayo), la relación del bolívar/dólar se mantuvo estable (alrededor de 1$=5Bs) saliendo del período Post-pandemia covid19 marcado por el estancamiento de las actividades económicas que llevó al desplome del valor de las materias primas, y en febrero del 2022 entrando en la guerra de invasión de Rusia a Ucrania, que develó la dependencia energética de Europa al gas y el petróleo Ruso, obligando a las economías mundiales en enfocar nuevamente las estrategias en el recurso petrolero venezolano.

 
REAPERTURA DEL COMERCIO CON COLOMBIA.

 
El 26 de Septiembre se reapertura las relaciones comerciales con Colombia, para perfilase en la exportación de plásticos, polietileno, úrea, aluminio, hierro, productos químicos, combustibles y manufacturas.
 

Mientras que de Colombia se importan medicamentos, cartón, papel higiénico, ropa, autopartes, alimentos carentes de nutrientes (golosinas y dulces) entre otros productos.
 

La reapertura del comercio binacional en cualquier parte del mundo traería una revalorización de la moneda en este caso al bolívar (porque se interesarían en los productos nacionales y traería ingresos al BCV) pero esta condición pasó bajo la mesa, y el bolívar no mejoró su valor.

 
La relación del bolívar con el dólar en los siguientes meses siguen en desmejora, perjudicando el menguado poder adquisitivo venezolano y su alimentación, y por los momentos el ejecutivo no anuncia información sobre aumentos de salarios o medidas para mejorar la condición vulnerable de los trabajadores.

 
De Mayo a Noviembre el bolívar perdió un 55% de su valor, situándose alrededor de 9,07 Bs en comienzos del decimoprimer mes.

 
11 Noviembre   9,1593
02 Noviembre  8,5508
28 Octubre 8,5081
4 Octubre 8,1755
26 Septiembre 8,0617
02 Septiembre 7,9114
26 Agosto 7,9126
04 Agosto 5,7424
20 Julio 5,7106 


                     Fuente BCV,  ref. Banco Mercantil