El problema de la producción de alimentos en Mexico es profundo
debido a la descoordinación institucional y el abandono de un millón de
productores, que tienen la capacidad de incrementar de 3.5 a 10 toneladas por
hectárea en granos básicos y oleaginosas, principalmente, dijo Nuria Urquía
Fernández, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), en la inauguración del Congreso Nacional
de Políticas Públicas para el Campo, organizado por las universidades Autónoma
de Chapingo (UACh) y Antonio Narro, en coordinación con la Cámara de Senadores.
Ante estudiantes y académicos reunidos en el auditorio Álvaro Carrillo, en
las instalaciones de la UACh, Urquía Fernández expuso que México ocupa el
último lugar entre los países latinoamericanos en la producción de alimentos,
ya que en los años recientes se dio mayor énfasis a los subsidios sociales por
encima del financiamiento a la producción. “El desafío, ahora con un entorno
económico mundial volátil, es aumentar la productividad local y disminuir la
enorme marginalidad en el sector rural –que carece de infraestructura,
servicios y tiene una mala calidad de vida–, con cambio climático, brotes de
enfermedades fito y zoosanitarias”.
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